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Ya hemos hablado en muchos otros de nuestros artículos de los cerrojos. En concreto, tanto de los distintos tipos de cerrojos como de los cerrojos FAC, sin ninguna duda los mejores modelos del mercado en cuanto a cerrojos para puertas. Sin embargo, hasta ahora no habíamos hablado de los pestillos de seguridad. Unos elementos que, según los define la Real Academia Española, son un “pasador con que se asegura una puerta, corriéndolo a modo de cerrojo”, además de “una pieza prismática que sale de la cerradura por la acción de la llave”.

¿Pero cuáles son las principales diferencias entre los cerrojos y los pestillos para puertas? ¿Son sinónimos tal y como mucha gente piensa? ¿O realmente son elementos de seguridad distintos? Pues no, no son exactamente sinónimos. Y sí, sí son elementos de seguridad con funcionalidades diferenciadas. ¿La más importante? Que para utilizar los cerrojos es necesario siempre el uso de una llave, mientras que los pestillos para puertas se accionan simplemente con nuestras manos. Solo tenemos que desplazar una barra de metal o enganchar una cadenita.

Partiendo de estas diferencias en sus propiedades, podemos intuir que los cerrojos y los pestillos son utilizados en contextos diferentes. En ese sentido, los cerrojos son empleados para entornos donde necesitamos bastante más seguridad. Como en puertas externas donde queremos un refuerzo de protección. O en puertas internas en hogares compartidos entre desconocidos. Por el contrario, los pestillos para puertas son empleados en lugares donde la seguridad no es una prioridad. Son, básicamente, elementos destinados a proteger la privacidad.

 

Pestillos para puertas

Bajo esta premisa, podemos encontrar pestillos para puertas en numerosas situaciones. Como por ejemplo en habitaciones de adultos o habitaciones de adolescentes que necesitan cierto grado de privacidad. Al no requerir del empleo de una llave, siendo accionados desde el interior con total comodidad, son un elemento muy habitual. Incluso aunque no los utilicemos muy a menudo, tener la posibilidad de echar el pestillo cuando lo deseamos es una gran ventaja. Nos permiten proteger nuestro espacio personal. Nos permiten estar más tranquilos.

No obstante, y como decíamos antes, los pestillos no son como los cerrojos de puertas. Estos últimos, aunque obviamente no protegen mucho en comparación con una buena cerradura, son un elemento complementario de seguridad muy recomendable. Están diseñados para ello. Sin embargo, los pestillos no suelen ser muy complejos o sofisticados, ya que no están diseñados para impedir la entrada de alguien ajeno a toda costa. Por regla general, un pestillo sirve de aviso. La persona que nota que el pestillo está echado comprende que no debe entrar.

 

Pestillo para puerta de baño

Todo lo que hemos dicho acerca de los pestillos para puertas de habitaciones es igualmente válido para pestillos de puertas de baño. Es más, es el único espacio de la casa donde siempre lo encontramos. La razón es obvia. En ningún otro lugar de la casa requerimos tantísima privacidad como en el cuarto de baño. Ahí siempre tenemos que instalar un pestillo. Aunque, eso sí, existe una variedad enorme de ellos. Elegir entre uno u otro dependerá, como casi siempre decimos, de las necesidades que tengamos, así como del espacio y rasgos de las puertas.

Hoy día contamos con cinco variedades de pestillos. En primer lugar, los pestillos comunes, donde una parte móvil se amplía 45º para encajar en una parte fija. En segundo lugar, los pestillos de barra. Sin duda, es la variedad más habitual, ya que son muy cómodos de utilizar. En tercer lugar, hallamos los pestillos de picaporte para puertas, que proporcionan muchas facilidades de uso puesto que vienen ya integrados. En cuarto lugar, el pestillo de cadena. Y, en quinto lugar, el pestillo de manguito, similar al de cadena, pero más sofisticado.