Seleccionar página

Las distintas necesidades en materia de protección han ido dando lugar a diferentes elementos de seguridad. Ya no hablamos únicamente de puertas, ventanas, cerraduras de seguridad y cerrojos. Ahora hablamos también de alarmas de seguridad, cerraduras electrónicas invisibles o cerramientos metálicos. Gracias a esta diversidad, los cerrajeros profesionales conseguimos satisfacer todos los requerimientos de seguridad de los clientes. Pero es nuestra tarea también informar acerca de ellos para que estos consideren todas las posibilidades a su alcance.

Cerramientos metálicos

Hoy hablaremos de los cierres metálicos enrollables. Son una subcategoría de los cerramientos metálicos. De hecho, una de las subcategorías más populares y utilizadas en la actualidad. Sin embargo, y antes de continuar, debemos hacer un alto en el camino para explicar en qué consisten los cerramientos metálicos. A grandes rasgos, podríamos definirlos como cortinas de metal que instalamos en las puertas de acceso de los negocios para lograr una protección extra frente a los intentos de asalto de los delincuentes. Una barrera adicional de defensa.

En cuanto a la instalación de estas persianas de seguridad, como también son conocidos, nos encontramos con dos escenarios distintos. Por un lado, cuando la persiana de seguridad sustituye a la puerta original de cristal y hace las veces de puerta principal. Y, por otro lado, cuando el cierre metálico funciona como elemento de defensa complementario. Es decir, se instala, pero manteniendo detrás la puerta original. Sobra decir, como ya vimos en nuestro artículo sobre tipos de cierres metálicos, que esta segunda opción es mucho más recomendable.

 

Cierres enrollables

En aquel mismo artículo os hablamos de las diferentes subcategorías de cierres metálicos. Por ejemplo, del cierre metálico de tijera, del cierre metálico troquelado, del cierre metálico microperforado, del cierre metálico de lama plana, del cierre metálico de concha, del cierre metálico ciego o del cierre metálico automático. Más adelante, en futuros posts, iremos profundizando en cada uno de ellos. Hoy, sin embargo, vamos a centrarnos en la persiana metálica por excelencia: el cierre enrollable, utilizado en buena parte de los comercios.

Y es que estas puertas enrollables metálicas son los cerramientos más básicos. Pero con básico no queremos decir poco seguros. Simplemente, son los primeros cierres metálicos, a partir de los cuales fueron generándose toda una variedad para satisfacer necesidades concretas diferentes. Más concretamente, estos cierres consisten en una especie de persiana de aluminio, acero inoxidable o metal galvanizado que puede enrollarse para abrirse y desenrollarse para cerrarse. De esa manera, suponen un enorme ahorro de espacio cuando están enrolladas.

Asimismo, las persianas de seguridad también pueden estar fabricadas con PVC. Son mucho más baratas que las persianas metálicas, pero también bastante menos seguras. Después de todo, el plástico es mucho más fácil de deteriorar que los diferentes metales. Por último, también podemos hacer una distinción dentro de los cierres metálicos enrollables de metal: aquellos que son enrollados y desenrollados de manera manual, con el esfuerzo que eso conlleva diariamente, y aquellos que son enrollados y desenrollados de manera automática.

 

Motor puerta enrollable

Estas últimas puertas metálicas, las que se enrollan y desenrollan por mecanismos automáticos que no requieren del esfuerzo humano, funcionan con motores. Mediante un mando a distancia, el motor de la puerta enrollable se pone en funcionamiento y completa la orden solicitada, sea enrollarse o desenrollarse. Como podemos ver, es un sistema mucho más cómodo que el sistema manual. Es más, estos últimos suelen ser motivo de lesiones. Especialmente para aquellos dueños de comercio más mayores que deben inclinarse y levantar mucho peso por sí mismos. El motor, eso sí, puede sufrir averías con los años, por lo que debemos realizar un mantenimiento continuo.