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Por norma general, las cerraduras de seguridad están destinadas a protegernos de los delincuentes. Es decir, las instalamos para defender nuestras propiedades y, sí, también para defender nuestra propia integridad. Después de todo, ahí afuera hay cientos y cientos de ladrones deseando entrar en nuestras viviendas para arrasar con lo que haya dentro. No obstante, hay excepciones. Cerraduras de seguridad que no están enfocadas a defendernos de agentes externos, sino a los más pequeños de sí mismos. Son las cerraduras de seguridad para niños.

 

Cerraduras de seguridad

Las cerraduras son uno de los elementos más importantes de la seguridad que existen. Junto a una buena puerta, y una buena alarma en muchos casos, representa la gran defensa del hogar o del comercio frente a las técnicas tan avanzadas que utilizan los ladrones. En ese sentido, es importante que sean cerraduras que cuenten con los sistemas defensivos tecnológicos de última generación, como los sistemas antibumping. De lo contrario, podrán sortearla con facilidad los ladrones más experimentados. Sería como no tener instalado prácticamente nada.

 

Cerraduras de seguridad para niños

Las cerraduras de seguridad para niños tienen una misión muy concreta: mantener a salvo a los niños de sus propias acciones inconscientes. Por ejemplo, protegerlos de una piscina, donde podrían caer cuando no hubiese nadie cerca, poniendo en serio peligro su vida. O en una puerta de una casa que esté conectada directamente con una calle con carretera. También en esos casos es recomendable instalar una cerradura de seguridad que aporte una tranquilidad extra a los adultos de la casa. De lo contrario, tendrían que estar en perpetua vigilancia extrema.

No obstante, hablamos de cerraduras de seguridad especiales. En líneas generales, carecen de la complejidad de las cerraduras de seguridad avanzadas que utilizamos para impedir que los ladrones entren en casa. Después de todo, los niños no son capaces de emplear las técnicas profesionales que utilizan los delincuentes para saltarse la seguridad de la cerradura y entrar a robar. Aun así, cuentan con las prestaciones necesarias para que los niños no puedan sortearlas. Aunque, eso sí, estas prestaciones dependen del grado de seguridad que busquemos.

Porque existen diferentes variables. Hay cerraduras de seguridad para niños que utilizan perforaciones para su instalación, siendo necesario realizar los agujeros en la puerta y enganchar la cerradura. Y hay otras que lo único que emplean es cinta adhesiva muy potente o un sistema magnético. Estas últimas son idóneas para bebés, que se encuentran en una fase de experimentación y curiosidad que les lleva a abrir todos los cajones que están a su alrededor. Las primeras, la atornilladas, están enfocadas a niños de mayor edad.

 

Protecciones para puertas

El dónde instalarlas dependerá, de nuevo, de la edad del niño y de los elementos que tengamos en casa. Cuando tratamos de proteger a los bebés, es recomendable usar protecciones para puertas en armarios, cajones de las cómodas o puertas de muebles bajos de la cocina, donde suelen guardarse elementos de limpieza peligrosos. Lo mismo ocurre con otros espacios donde juegan los niños, como las guarderías o los colegios. Estas cerraduras son como barreras de seguridad para niños contra su propia curiosidad despreocupada y temeraria.

Del mismo modo, y además de protecciones para puertas, tanto de habitaciones como de todo tipo de muebles, resultan muy recomendables las cerraduras de seguridad de niños en ventanas. Tanto para los bebés, que a partir de cierta edad pueden empezar a escalar a zonas que en apariencia creemos imposible, como para niños un poco más mayores. Estos últimos comienzan a jugar de una manera más enérgica y agresiva, por lo que deben evitarse los accidentes con estos elementos magnéticos, adhesivos o atornillados tan fundamentales.