Las cerraduras de seguridad son mecanismos de metal que protegen nuestros espacios privados. Las hay menos complejas y más complejas. Las hay con sistema antibumping o sin sistema antibumping. Las hay para puertas de hogar y las hay para cajas fuertes. Y, por supuesto, también hay cerraduras de buzón. Es más, son cerraduras muy importantes, ya que se encuentran expuestas al exterior y, por tanto, son más vulnerables al ataque de los delincuentes. La pregunta es: ¿por qué querrían vulnerar una cerradura de buzón para acceder a su interior?
La respuesta es: por múltiples razones. Por ejemplo, un delincuente podría querer recopilar información acerca de ti con fines ilícitos. Esto es algo bastante común en internet. Mediante la utilización de técnicas de rastreo de datos, los ciberdelincuentes obtienen información confidencial relacionada con sus víctimas. Con esos datos, son capaces de averiguar algunas contraseñas de cuentas digitales, especialmente cuanto esas son poco sofisticadas. Lo mismo ocurre con la información presente en cartas y facturas. Una buena cerradura de buzón es esencial.
Del mismo modo, también podrían querer obtener información privada con la que chantajearte. O información que les permita conocer tus hábitos diarios con la finalidad de entrar en casa cuando estés fuera. Sea como sea, nuestros buzones son vulnerables. Y como ocurre con las cerraduras de las puertas, las cerraduras de los garajes, las cerraduras de los cierres metálicos o las cerraduras de las cajas fuertes, es importante encontrar cerraduras de buzón que ofrezcan verdaderas garantías de seguridad. De lo contrario, aumentamos los riesgos de robo.
Cerradura de buzón
Como decíamos, los buzones son un elemento bastante susceptible de ataque. Tanto por las personas que viven en la comunidad como por personas que entran desde el exterior. Partiendo de ello, podemos comprender que mantener la cerradura original del buzón no es muy recomendable. En primer lugar, porque es muy parecida a la cerradura del resto de buzones para comunidades. Y, en segundo lugar, porque estas cerraduras de fábrica no suelen ser muy seguras. Si queremos estar verdaderamente tranquilos, tenemos que cambiarla.
Cambiar cerradura de buzón
No obstante, no es la única situación en la que podríamos querer cambiar la cerradura del buzón. También es posible que hayamos perdido las llaves del mismo y necesitemos empezar de cero. En esos casos, y ya que vamos a cambiarla, también recomendamos optar por modelos más avanzados y seguros. Repetimos: los modelos que suelen instalar las comunidades de vecinos suelen ser bastante endebles. Sea cual sea la razón del cambio, vamos a ver qué pasos debemos seguir, uno tras otro, para realizar dicha retirada e instalación con éxito.
En el caso de que hayamos perdido las llaves de la cerradura original, tendremos primeramente que recuperar el acceso. Para ello, utilizamos un taladro provisto de una broca de metal. Bastará con introducirlo en el centro de la cerradura del buzón. Cuando lo tengamos abierto, procederemos a desmontar la vieja cerradura. En este caso, necesitaremos una llave inglesa. Una herramienta que emplearemos para aflojar poco a poco la tuerca que mantiene la cerradura anclada al buzón. Esto bastará para retirar por completo la vieja cerradura.
Y, ahora sí, llegamos al paso más difícil a la hora de cambiar la cerradura del buzón: instalar la nueva cerradura que hayamos seleccionado. Recuerda que resulta fundamental que su pestillo tenga las mismas características del pestillo de la cerradura original. ¿Lo tenemos ya en nuestras manos? Introdúcelo en el orificio donde estaba instalado el anterior y fíjalo con la tuerca que incorpore. Asegúrate de que queda verdaderamente bien fijado. Y, una vez hecho esto, ya habremos terminado. Más seguridad, más tranquilidad, más comodidad.