Las cerraduras se utilizan de forma diaria, soportando un uso muy frecuente cuando son el principal aporte de seguridad de nuestros hogares. Este desgate puede dañar seriamente el mecanismo, por lo que un mantenimiento de la cerradura de nuestra puerta puede resultar fundamental para garantizar su eficacia y que siga cumpliendo sus prestaciones de seguridad. En muchas ocasiones la cerradura solamente necesita una buena prevención para evitar daños mayores, mientras que otras veces es necesaria alguna pequeña reparación y en otros casos un cambio del mecanismo. En estas últimas situaciones, se tendría que recurrir a los profesionales, contando con un gran número de cerrajeros urgentes en Madrid.
Hoy vamos a repasar las principales técnicas para revisar el estado y asegurar el mantenimiento de nuestras cerraduras. Son tareas sencillas y prácticas que asegurarán el perfecto estado y que nuestra cerradura aguante más tiempo con todas sus prestaciones intactas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que si encontramos una avería seria será necesario acudir a un cerrajero. El cambio de cerraduras en Madrid es una de las tareas más comunes de los cerrajeros, ya sea por el desgaste de la anterior o por su sustitución por un modelo más seguro o novedoso.
Correcta limpieza
Para que las cerraduras estén a punto y su utilidad se prolongue el máximo tiempo posible, debemos asegurar su correcta limpieza. Son elementos expuestos a muchos daños, a un uso muy frecuentes y a muchas impurezas a lo largo del día. Este uso a lo largo de los años puede deteriorar gravemente su mecanismo. Por este motivo, hay que procurar limpiar de forma regular la cerradura. Se puede realizar con un paño de algodón humedecido con agua. También se puede utilizar jugo natural de limón, que es un desengrasante natural, o la sal, que es un abrasivo suave. Con un cepillo de dientes que ya no utilicemos se puede fregar la zona, frotando la superficie.
Revisión de cerraduras
La única forma de comprobar el correcto estad y funcionamiento de estos objetos es a través de una exhaustiva revisión. Lo ideal es desmontar la cerradura para poder examinar pieza por pieza el estado de cada parte y de todo el engranaje en conjunto. Gracias a estas periódicas comprobaciones podremos conocer el estado actual y ser conscientes de cómo avanza su deterioro. También pueden servir para tomar constancia de la pieza o piezas que comienzan a necesitar un cambio y optar por la sustitución de dicha pieza o piezas en lugar del cambio total de la cerradura. Cada sistema es diferente, por lo que también se puede acudir a un especialista para que nos aconseje de primera mano y con los conocimientos y la formación especializada del sector.
Lubricar
El engrasado de la puerta resulta fundamental. En muchas ocasiones notamos pequeñas incomodidades en nuestra cerradura, empieza a costar abrirla y tenemos más dificultades a la hora de accionar el mecanismo. Si no se realiza un correcto mantenimiento estos percances crecen y se termina teniendo que recurrir a la apertura cerraduras profesional para entrar en el hogar. La principal medida de mantenimiento es asegurar la lubricación de las cerraduras.
Uno de los productos idóneos para realizar esta forma de mantenimiento es utilizando el grafito en polvo, que se inyecta directamente en la cerradura a través de la boquilla de su recipiente habilitado especialmente para la lubricación de cerraduras. También existen aerosoles en formato de spray y parafina o aceite de vaselina que se puede introducir dentro de la cerradura para lubricarla. También puedes contactar con un profesional para garantizar el mejor resultado u obtener asesoramiento especializado según la clase de puerta y cerradura.