¿Quién no ha olvidado la llave dentro de casa alguna vez? Es algo más que un gag recurrente de las sitcoms que vemos por televisión. Pasa constantemente. Te plantas en la puerta, buscas en los bolsillos, rebuscas en el bolso y, de pronto, una sensación de alarma recorre todo tu cuerpo: estás en la calle. Menuda faena. En el mejor de los casos, y si vives acompañado, tendrás que esperar unas horas. En el peor de los casos, no te quedará otra opción más que contratar un cerrajero especializado en la apertura de puertas urgentes.
¿Pero y si hubiese otra opción? De hecho, existe otra opción. Una que has visto millones de veces en las películas de espionaje tipo saga James Bond o saga Bourne. La técnica de la tarjeta para abrir puertas. Ellos lo hacen de manera rápida y elegante. Pero tú no eres Bond. Ni siquiera Bourne. Solo una persona normal que quiere volver a entrar a su casa para ver Netflix lo antes posible. ¿Cómo puedo hacerlo? ¿Realmente es tan difícil? En absoluto. Y en este artículo vamos a explicarte cómo realizarlo.
Técnica para abrir puerta con tarjeta
Lo primero que debemos tener en cuenta son nuestras necesidades. ¿De verdad no puedo esperar hasta que mis compañeros de piso vuelvan a casa? ¿De verdad no me compensa contratar a un cerrajero? Después de todo, la tarjeta que utilicemos podría dañarse, provocándonos un nuevo problema. Y ese es precisamente el primer paso a la hora de abrir una puerta con tarjeta: elegir bien la tarjeta.
Lo más habitual es recurrir a la tarjeta de crédito. ¿Pero por qué? ¿Qué tiene de especial? Nada, salvo que así lo hemos visto en el cine. Lo mejor es recurrir a tarjetas plásticas de menor valor como tarjetas del cine, de tiendas o de supermercados. Mucho menos importantes y, por tanto y en caso de deterioro, menos urgentes de sustituir. Basta con que tenga cierta flexibilidad y resistencia.
El segundo paso será introducir la tarjeta en la ranura vertical situada entre el pomo de la puerta y el marco que la sustenta. Un truquito es inclinar la parte más alejada de ti hacia abajo para situarla correctamente. La empujas hasta que casi toque el pestillo. Y ahí llegamos al tercer paso. Consiste en doblar la tarjeta en dirección opuesta de modo que se deslice bajo el pestillo.
De esta manera conseguiremos forzarlo por primera vez. Y decimos por primera vez porque para la apertura de puertas con tarjeta deberás apoyarte en la misma y desplazar hacia adelante y hacia atrás la tarjeta con el objetivo de terminar de abrirla definitivamente. Lo normal es que acabe cediendo. Si no lo hace, desiste con esta técnica y llama a un profesional para evitar daños mayores.
Apertura de puertas con tarjeta
Ahora ya sabes cómo abrir una puerta con una tarjeta. Esto podría ahorrarte mucho tiempo y mucho dinero si terminas otra vez frente a la puerta de casa con las llaves descansando olvidadas en algún lugar de su interior. También puede servirte para echarle una mano a un amigo en una situación similar. Eso sí, recuerda que nunca debes practicar esta técnica por tu cuenta en una casa ajena, por mucho que conozcas a los propietarios.
Después de todo, es una técnica tan utilizada por los profesionales de la cerrajería como por los propios ladrones. Por suerte, la apertura de puertas con tarjeta solo es posible en cerraduras simples, normalmente de puertas antiguas o de baja seguridad. Las puertas modernas más seguras están protegidas contra esta técnica, lo cual, a su vez, significa que tú tampoco podrás abrirlas en caso de olvidarte las llaves dentro.
En esos casos, como a la hora de abrir una puerta de armario sin llave o una caja fuerte, lo más recomendable es acudir a profesionales como los que trabajan en MA Cerrajeros.